¿Por qué deberías aprender a hacer mantequilla de frutos secos?
Vogue.es
¿Son más sanas que las de leche de vaca?
Teniendo en cuenta que estas mantequillas se hacen solo con frutos secos –no llevan nada más, tan solo un condimento de sirope o miel para quien prefiere endulzar un poco más su sabor– parece justo y necesario replantearse lo siguiente: ¿Son estas mantequillas más sanas que las tradicionales elaboradas con leche de vaca? A igualdad de condiciones –en ambos casos nos referimos a su versión casera o tradicional y no a sus sucedáneos–, cada una tiene sus bondades (sí, la de leche de vaca también), pero al enumerarlas las versión con frutos secos gana discretamente. “Las de frutos secos proporcionan proteínas vegetales, tan necesarias en nuestra alimentación actual”, nos cuenta Itziar Digón, psiconutricionista de Tacha, que insiste también en otras de sus virtudes nutricionales: son fuente de calcio, potasio, vitamina E y B y grasas de tipo insaturado, beneficiosas para el corazón. Por su parte, las de leche de vaca también tienen sus cosas buenas. “Nos aportan proteínas animales provenientes de la leche de vaca y, a diferencia de las de frutos secos, nos aportan vitamina A y D. Este tipo de mantequillas contienen grasas saturadas y colesterol. Pero una pequeña dosis (menos del 10% de las calorías totales de la dieta) es fundamental para llevar a cabo ciertos progresos en nuestro organismo”, nos cuenta la nutricionista de Tacha.
Teniendo en cuenta que estas mantequillas se hacen solo con frutos secos –no llevan nada más, tan solo un condimento de sirope o miel para quien prefiere endulzar un poco más su sabor– parece justo y necesario replantearse lo siguiente: ¿Son estas mantequillas más sanas que las tradicionales elaboradas con leche de vaca? A igualdad de condiciones –en ambos casos nos referimos a su versión casera o tradicional y no a sus sucedáneos–, cada una tiene sus bondades (sí, la de leche de vaca también), pero al enumerarlas las versión con frutos secos gana discretamente. “Las de frutos secos proporcionan proteínas vegetales, tan necesarias en nuestra alimentación actual”, nos cuenta Itziar Digón, psiconutricionista de Tacha, que insiste también en otras de sus virtudes nutricionales: son fuente de calcio, potasio, vitamina E y B y grasas de tipo insaturado, beneficiosas para el corazón. Por su parte, las de leche de vaca también tienen sus cosas buenas. “Nos aportan proteínas animales provenientes de la leche de vaca y, a diferencia de las de frutos secos, nos aportan vitamina A y D. Este tipo de mantequillas contienen grasas saturadas y colesterol. Pero una pequeña dosis (menos del 10% de las calorías totales de la dieta) es fundamental para llevar a cabo ciertos progresos en nuestro organismo”, nos cuenta la nutricionista de Tacha.
¿Qué cantidad diaria podemos tomar?
Dicho esto, puede ser una buena idea introducir este tipo de mantequillas en nuestra dieta. Por sus ventajas nutricionales y porque pueden ser la alternativa perfecta para las personas intolerantes a la lactosa o a la proteína de la leche. Eso sí, nunca más de dos cucharadas diarias y, sobre todo cuando se quiere aligerar peso, siempre durante la primera mitad del día (desayuno y media manaña) que es cuando la actividad es más intensa (su aporte calórico puede variar según el fruto seco, pero suele estar en torno a las 150 calorías unos 100 gramos). Entre todas sus versiones, Itziar Digón afirma que la de almendras puede ser la más beneficiosa para la salud. Tiene una cantidad mayor de grasas monoinsaturadas, más fibra, mayor contenido en minerales y vitamina E.
Dicho esto, puede ser una buena idea introducir este tipo de mantequillas en nuestra dieta. Por sus ventajas nutricionales y porque pueden ser la alternativa perfecta para las personas intolerantes a la lactosa o a la proteína de la leche. Eso sí, nunca más de dos cucharadas diarias y, sobre todo cuando se quiere aligerar peso, siempre durante la primera mitad del día (desayuno y media manaña) que es cuando la actividad es más intensa (su aporte calórico puede variar según el fruto seco, pero suele estar en torno a las 150 calorías unos 100 gramos). Entre todas sus versiones, Itziar Digón afirma que la de almendras puede ser la más beneficiosa para la salud. Tiene una cantidad mayor de grasas monoinsaturadas, más fibra, mayor contenido en minerales y vitamina E.
¿Cómo se preparan?
Aunque su modo de uso no entraña dificultad, Being Biotiful tiene su particular lista de reglas para hacerlas (con éxito).
Aunque su modo de uso no entraña dificultad, Being Biotiful tiene su particular lista de reglas para hacerlas (con éxito).
–Hornear el fruto seco antes de triturarlo. “Así se harán mantequilla más rápidamente. Hazlo con una pizca de sal. No tienes que añadir ningún líquido ya que el propio fruto seco al procesarlo en alta potencia suelta su propia materia grasa”, nos cuenta Chloé.
–No te excedas con el tiempo de horneado. “En estos dos procesos de cocinado y trituración (durante el triturado se produce un aumento de temperatura) se va a producir una leve pérdida de nutrientes pero que se ven compensados por su mejor digestibilidad”, añade Itziar Digón. Hazlo durante 10-15 minutos a unos 150 grados.
–Utiliza un batidora potente para trituralo ya que de lo contrario “podrías quemar el motor. Una tipo Vitamix o Thermomix, o bien un procesador de alimentos tipo Cuisinart, es lo mejor. Piensa que vas a procesar durante unos 10-15 minutos”.
-Necesitarás unas cuatro tazas de frutos secos para poder trabajar bien la mantequilla.
–No suele hacer falta endulzarlas, pero si prefieres que tengan un toque más goloso, puedes añadir al final miel o sirope de arce.
–Consérvalas en un tarro de cristal hermético y en la nevera. “Se conservan aproximadamente durante una semana, ¡a menos que te las hayas acabado antes”, bromea Chloé Sucrée.
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