El año de las despedidas
2015 ha sido prolífico en muchas cosas, pero sobre todo en despedidas –algunas voluntarias, otras no tanto–. Raf Simons dejaba Dior agotado del ritmo extenuante al que estaba sometido, Alber Elbaz abandonaba Lanvin después de 14 años por desavenencias con los dueños de la firma, Alexander Wang hacía lo propio en Balenciaga para centrarse en su propia firma y Peter Dundas cambiaba Emilio Pucci por Roberto Cavalli. Y todo en apenas 12 meses.
Suzy Menkes reflexionaba sobre esta espantada y se aventuraba a pronosticar un cambio de paradigma en los usos y costumbres de la industria. Y de nuevo el ejemplo de Michele –anónimo, con una larga trayectoria en la marca que luego ha pasado a dirigir y con una identidad muy clara– puede ser bastante ilustrativo de hacia dónde irá todo.
Volver así, por Sienna Miller
Volver cuando te has ido no es tan sencillo como volver, así sin más. En el caso de una celebrity –pongamos Sienna Miller–, esa vuelta debe estar perfectamente estudiada para que sea el gran comeback. En el caso de la actriz, su regreso es un ejemplo de cómo hacer bien las cosas (agentes de actores, tomen nota): empezó con una portada de Vogue USA, siguió como miembro del jurado del Festival de Cannes y continuó con una serie de impagables looks de street style de firmas como Céline o Galvan. Im-pe-ca-ble.
Eso sí que es volver.
#KimNoFilter: Kim Kardashian como nunca antes
¿Cómo puede suscitar el interés la persona más expuesta y más producida del mundo? Mostrándose tal y como es, sin artificios. Y eso es justo lo que ocurrió con el #KimNoFilter, la producción de Vogue España del mes de agosto en la que Kim Kardashian posaba natural y sin maquillaje en escenas cotidianas. La celebrity 2.0 por excelencia firmaba así un nuevo y excitante capítulo de su idilio con la fama. Sin contouring, sin selfie mediante, sin censura.
Los Oscar de lo políticamente correcto
Vale que Hollywood es la meca de las apariencias, vale que salirse del tiesto estético no está muy bien valorado y vale que las actrices llegan cansadas después de todo el maratón de alfombras rojas previas a los Oscar, pero este año la tibieza y la escrupulosa corrección de los looks del evento más importante del cine alcanzó cotas difíciles de soportar. La silenciosa hegemonía del nude, los nacarados y los escotes palabras de honor hicieron que viéramos 98 looks tan perfectos como olvidables.
La fealdad nunca ha sido tan bella
Tras las Birkenstock, llegaron las Teva y después los granny shoes de Céline. Todos distintos pero igual de insólitos. O más exactamente, todos igual de osados a la hora de coquetear con el feísmo de manual. Pero ¡ah, el feísmo! quién iba a decir que la generación de los millennials encontraría la inspiración en aquello que molesta y que haría suyo el reto estético de darle la vuelta a las prendas estigmatizadas para hacer de ellas algo nuevo y deseable.
La redención de Galliano
El fichaje de John Galliano –excesivo, histriónico y dramático– en Maison Margiela –anónimo, intelectual y arty– solo podía ser un desastre o una genialidad. De ahí que el debut del diseñador al frente de la casa, nada más y nada menos que con una colección de Alta Costura, despertó una expectación más allá de la evidente. Pero Galliano cumplió en el sentido más amplio de la palabra: firmó una colección muy suya pero muy Margiela también, apostó por un casting y una escenografía turbadora y se refugió en el perfil bajo –bajísimo– que requiere el ADN de la firma. Fue genialidad.
Triángulo de amor bizarro: el ‘normcore’, el ‘health goth’ y los ‘millennials‘
La moda post siglo XXI no está hecha sólo de tendencias. Los patrones han evolucionado hacia conductas de consumo y perfiles de usuarios mucho más complejos de lo que solían ser. Un nuevo escenario que alcanzó sus cotas máximas con el normcore –la tendencia de lo básico, un maravilloso oxímoron– y el health goth –el gótico con conciencia ecológica y fundamento wellness–, dos corrientes muy concretas que pusieron al descubierto los usos y costumbres de la generación de hoy, los millennials, que han conseguido redefinir los pilares fundamentales del lujo.
Gigi y Kendall: modelos, amigas y estrellas 2.0
igi Hadid y Kendall Jenner representan el sueño teenager por excelencia: son modelos, son amigas y tienen un nivel de éxito social estratosférico. Entre las dos suman 54 millones de seguidores en Instagram (10,2 millones Gigi y 43,9 millones Kendall), la red que se ha convertido en el termómetro del reconocimiento público en la era digital. El debut de ambas en el show de Victoria´s Secret no rompió Internet como se preveía, pero sí que supuso la consagración de ambas como las modelos/celebrities del momento.
50 sombras de Dakota Johnson
Este año también ha sido el año en que vimos nacer la estrella de Dakota Johnson. Y sí, 50 sombras de Grey tuvo bastante que ver, pero la actriz ha conseguido trascender más allá de un papel tan codiciado como complicado de superar para convertirse en una de las celebrities con más proyección del momento.
Hacia el tercer género: el ‘genderless’
En los últimos 12 meses también se ha consolidado la tercera vía de género: el genderless, esa etiqueta que trasciende lo masculino y lo femenino (no confundir con la androginia) para abrazar una estética neutra que prima los gustos y la libertad por encima de las definiciones de sexo. Un terreno que llevan años explorando diseñadores como Rick Owens o Gareth Pugh, pero que en 2015 ha calado hasta firmas de moda de gran consumo, como & Other Stories, que lanzó una colección que ahondaba en este concepto y, de paso, lo acercaba más a la cultura mainstream.
El año que Coachella mató a Coachella
2015 también ha sido el año en que Coachella caricaturizó a Coachella: el festival californiano –pero sobre todo, su vestuario oficial: shorts desgastados, cropped tops, chalecos con flecos, coronas de flores en el pelo…– ha conseguido que tengamos un constante dejà-vu y que sea prácticamente imposible distinguir una edición de otra. ¿Puede la estética ser más fuerte que la música? ¿Es posible que un festival se ahoge en una montaña de looks estudiados? Dress code killed the radio star!
Cuando salimos en pijama a la calle
Este año ha habido muchas tendencias, la mayoría recurrentes (sí, la moda es cíclica, ¿recuerdas?). Pero ha habido una que ha brillado especialmente por su extravagancia y su autenticidad: la que apostaba por extender el uso del pijama a la calle. Y, además, ha sido una de las mejores. No había un ápice de afán epatante, sino más bien una intención de capturar el glamour 70s, el dandismo y la individualidad en forma de pijama de seda.Llevar pijama no es una cuestión de impacto, es una cuestión de actitud.
La Costura de Saint Laurent, según Hedi Slimane
En 2015, cuando la moda avanza rápidamente y de manera irremediable hacia el consumo rápido y caduco, Hedi Slimane decidió volver a abrir los talleres de Alta Costura de Saint Laurent. Y con sus propias reglas, además. La más llamativa, que él mismo se encargará de revisar –y, sobre todo, aprobar– los clientes. Así que, el verdadero lujo hoy, se parece bastante a comprar un esmoquin a medida de la maison francesa (y que Hedi te deje, claro).
Vetements: un (casi) desconocido en Balenciaga
Aquellos que pensaban que la despedida de Alexander Wang de Balenciaga se debía a que era demasiado moderno y audaz para la firma no se esperaban que su relevo fuera aún más moderno y audaz que el creador americano. Demna Gvasalia, director creativo de Vetements (el nuevo fetiche de la vanguardia), era el elegido para tomar las riendas de la emblemática casa. Su fichaje confirma que el camino hacia la osadía creativa no tiene retorno y, de paso, confirma una de las tendencias de la industria: que la era de los diseñadores estrella ha llegado a su fin.
Gala del MET: ¿de verdad importa el tema?
¿Tiene sentido que se celebre una fiesta temática en la que todo el mundo ignora el tema? Esa es la cuestión que todos nos planteamos al día siguiente de la Gala del MET, que este año homenajeaba la cultura china. Prácticamente ninguna de las celebrities invitadas –y eran muchas– respetaron el dress code. Como mucho optaron por vestir de largo, en el mejor de los casos. Aunque, como siempre, hubo excepciones.
La mejor, Rihanna, que no sólo se ciñó a la inspiración de la gala, sino que eligió un vestido de costura de proporciones épicas de la diseñadora china Guo Pei que rompió Internet y dio pie a la creación de los memes más disparatados de la historia. Ella sí fue una invitada ejemplar, ella sí fue (y es) una verdadera diva.
FELIZ AÑO 2016
LA VIE EN ROSE
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